Hoy he ido a trabajar en coche, pero me he tenido que volver a casa y dejar el automóvil en el parking de nuevo. ¿ Motivo? Imposible encontrar aparcamiento. Es una suerte que tenga el despacho relativamente cerca de casa. Siempre acostumbro a ir en transporte público al despacho, pero hoy como era, en teoría, un día relajado, un día que muchos hacen puente, me decidí darme un gusto. Me salió el gusto del revés. Estuve dando vueltas casi dos horas y nada, además, había como unos cien coches más dando vueltas por el mismo recorrido que yo y por los aledaños buscando también el preciado y sucinto espacio de terreno para dejar su vehículo. Imposible hallar hueco. La explicación que me he dado a mí mismo es sencilla. Muchos de los coches aparcados pertenecen a gente que hoy ha hecho puente y no ha salido de vacaciones, así los huecos que a menudo se van generando con las idas y venidas estaban apáticos. Por lo tanto era una tarea ardua y difícil hallar el espacio suficiente para nuestro amigo-enemigo de cuatro ruedas.
Queramos o no, el Ayuntamiento de Barcelona se está saliendo con la suya. Desde hace unos años se lanzó a una cruzada contra los conductores (yo en realidad no soy conductor habitual, pero por motivos profesionales a veces he de hacer uso del cacharro) y su objetivo es el de que dejemos el coche definitivamente aparcado y nos dediquemos al transporte público o a la bicicleta. Si en el post de presentación hablábamos de que algunos logran cambiar sus hábitos por año nuevo y cumplir sus deseos, creo que el Ayuntamiento barcelonés, este año hará más realidad que nunca su empeño.
Particularmente no me atrae la bicicleta, no es santo de mi devoción, prefiero caminar o coger el transporte público (que tal y como está este, tampoco es el sueño de mi vida) pero no veo justo que un ayuntamiento nos obligue a dejar nuestro coche privado y obligarnos a usar sus servicios. No tendría ninguna objeción a esto si los servicios públicos fueran de calidad Premium, pero solo se quedan en calidad buena. Para mí el exceso de personas en los autobuses y metros y el paso de los primeros tan distanciados en frecuencia los unos de los otros, hace que mi mejor opción sea la de gastar zapatos.
Según el Ayuntamiento, el deseo de poner todo tipo de trabas a los automovilistas no tiene un mayor objetivo que hacer de Barcelona una ciudad limpia y agradable, a la par que sostenible con el medio ambiente. Loable me parece, pero el sistema utilizado para ello huele a opción fácil de recaudación. Se ha pasado de tener libertad para aparcar en la calle a tenerlo prohibitivo o prohibido. Es absurdo, además, que ni siquiera puedas dejarlo toda una mañana seguida, ya que el máximo permitido es de dos horas. En fin dislates como estos hacen que uno se rebele y ponga su queja en el blog.
Resumiendo, el Ayuntamiento nos quita espacios de aparcamiento, los que quedan son de pago por horas y los precios de los parkings públicos son también abusivos. A esto sumémosle que estamos en fechas en que todo el mundo va al centro y se mueve en vehículo privado, el resultado de todo ello es espacio para aparcar cero. Por lo tanto habrá que ir pensando en dejar el automóvil en casa y solo usarlo para salidas domingueras, ya que llegará un momento en que el aparcamiento tenderá a ser como la foto que ilustra este post, una lucha por el mínimo espacio posible.
Aunque me rebele, yo también deseo una ciudad agradable, sostenible y sana de humos y ruidos, pero mi locomoción será pedestre, hábito que recomiendo a todos.
Por una ciudad libre de humos y contaminación acústica, caminemos y cojamos la bicicleta. Dejemos los autobuses y metros para cuando tengamos prisa, al igual que los carísimos taxis. Así que una buena caminada o pedaleada no hace daño a nadie y es salutífero. Abusemos de caminar.
Salud, Gilgamesh
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