En este post vuelvo de nuevo a las lenguas, pero esta vez desde otra óptica: la de las lenguas artificiales.
Según
la tradición el hombre, antes del Diluvio, hablaba una sola lengua en
toda la Tierra, el Solex Mal. Tras la catástrofe bíblica, el primer rey,
Nemrod, desafió a Yahvé construyendo una inmensa torre por la cual toda
la humanidad sería castigada. Dios destruyó la torre y envió la
confusión de las lenguas.
Mitos
a parte, el hombre siempre ha buscado entenderse con sus semejantes en
un solo idioma.. Los traductores existieron desde que el hombre casi
aprendió a hablar y algunas ciudades, como la Toledo medieval, fueron
conocidas en el mundo por sus escuelas de traducción de latín, árabe y
hebreo principalmente.
Pero
lo más atrevido que ha hecho el hombre ha sido crear lenguas
artificiales para poder comunicarse en cualquier parte del mundo. Hubo
muchos intentos que se llevaron a cabo y fracasaron y otros que tuvieron mejor suerte. En 1629 René Descartes propuso su Lenguaje Filosófico,
al igual que Leibnitz, que presento un proyecto análogo al de
Descartes. Posteriormente, entre los siglos XVIII y XIX, aparecieron
algunos intentos poco viables y con nombres bastante estrafalarios, como
por ejemplo Ao, Viva, Orba, Eo, Carpophorophilus, Astesginiagraphiansk e incluso uno basado en las notas musicales llamado Solresol. Pero todos fracasaron en su objetivo más intrínseco y primordial,
servir de lengua oficial a nivel mundial. Este es un hecho curioso a
observar, ¿ Por qué las lenguas creadas artificialmente nunca han calado
oficialmente?
En
el pasado, al igual que hoy, siempre ha habido lenguas que se han
utilizado en el ámbito de la tierra conocida, como lo fue el griego
antiguo o posteriormente el latín. En la antigua
Roma era de buena educación y nota de cultura conocer y hablar el
griego. Algo muy parecido pasaba recientemente con el francés y pasa
actualmente con el inglés. Pero hoy día, con el fenómeno de la
globalización, el conocimiento de una lengua común a todos es más una
necesidad que una nota de distinción.
Volviendo
a los lenguajes artificiales, ha habido dos que por su éxito quisiera
reseñar. Uno es muy conocido de todo el mundo, el esperanto. El otro no
lo es tanto, el volapük. Ambos lenguajes fueron pensados y diseñados
como lenguajes accesorios o auxiliares de las lenguas vernáculas o
incluso como sustitutorias en algunos casos. Veamos una breve reseña de
ambos.
La lengua conocida como Volapük (del inglés World = Vola y Speak= Pük (Idioma Universal) fue creada en 1880 por el editor de la revista Sionsharfe, Johann Martín Scheleyer (1831-1912). Es
un lenguaje creado a partir del inglés y el alemán principalmente,
aunque también contenía palabras con raíces de las lenguas romances.
Tras la publicación de un artículo dando a conocer el idioma en la revista
de la cual era editor, Scheleyer publicó un libro sobre el mismo
posteriormente, cosa que junto al artículo propició un rápido auge al
idioma, haciendo que mucha gente se interesase por el mismo. Se dice que
en su mayor momento de popularidad alcanzaron a hablarlo hasta cien mil
personas. Llegaron a realizarse hasta tres Congresos Internacionales de
Volapük, en 1884 y 1887 en Alemania, y en 1889 en París. Se llegó a crear
una Academia Internacional de Lengua Volapük. Pero la complicación de
la estructura gramatical era tal, que resultaba más complejo que el
propio latín, lo que lo hacía muy engorroso para aprenderlo. Los étimos de las palabras en volapük habían sido modificados
de tal manera que resultaban irreconocibles. Por ejemplo la palabra Lol
venía del inglés Rose y Melop era la deformación dada para América.
Todo ello llevó a crear un cisma a partir del Congreso realizado en
París, entre los más puristas y conservadores y el sector que pretendía
renovar el idioma. Estas disensiones llevaron a término la casi
erradicación del idioma y un mayor interés por el competidor, el
Esperanto. Pero finalmente en 1931 se publicó la tan esperada reforma,
llevada a cabo por Arie de Jong y es la que se ha venido usando hasta
nuestros días. Esta reforma consistió principalmente en la supresión de
las formas verbales más inusuales del idioma y la
simplificación de la propia gramática. Aun hoy se pueden encontrar
asociaciones y academias que enseñan el volapük. Incluso en Internet se
pueden hallar páginas en ese idioma.
Es
en 1887 cuando el Dr. Lázaro Luis Zamenhof (1859-1917) publica en
Varsovia el libro titulado La Lingvo Internacia (La lengua
Internacional), firmándolo con el seudónimo Doktoro Esperanto, que se
traduciría como Doctor Esperanza o Doctor Esperanzado. Seudónimo éste
que pronto daría nombre a los postulados vertidos en el libro bautizando
así la nueva lengua con ese nombre. El esperanto
apareció como una lengua auxiliar, complemento de la lengua materna o
lengua principal. Sus raíces, al igual que el volapük, eran las lenguas
romances, el inglés y el alemán, añadiendo, además, el latín. Al
contrario que su antecesora, el esperanto tiene una gramática mucho más
accesible y el aprendizaje es mucho más sencillo, cosa que favorece la anexión de nuevos hablantes.
Leopold
Einstein crearía en 1889 la primera revista en esperanto, La
Esperantisto, (El Esperantista), que sería el órgano oficial de la nueva
lengua. Gracias a la revista el esperanto obtendría subvenciones que la
mantendrían en activo. Al año siguiente es el propio Zamenhof quien se
hace cargo de la edición de la revista, pero en 1890 ésta entra en
crisis económica y Zamenhof anuncia el cierre de la misma. Este caos económico está punto de
hacer desaparecer el esperanto. Pero el mismo año un mecenas alemán, un
tal W. Trompeter, inyecta una buena dosis de numerario en las arcas de
la revista reactivando su economía y la
subvención del idioma. Tanto es así que cuatro años después se
publicaría el primer Diccionario Universal de esperanto con la traducción a cinco idiomas.
De todas formas la suerte del esperanto no está garantizada ya que el zar Nicolás II (1894-1917)
prohíbe la revista. Esta vez Zamenhof sí tiene que cerrar la revista,
ya que la mayor parte de los suscriptores de la misma se concitan en la
Rusia zarista.
Superados los primeros
escollos, el esperanto sobrevive y consigue que, al igual que su
antecesora el volapük, se realice el primer Congreso Internacional de
Esperanto en 1905. Ese mismo año también se publicará el libro
Fundamentos de Esperanto, donde se incluyen ejercicios y vocabulario
además de explicar las normas gramaticales del mismo.
Las
semejanzas con el volapük no se detienen sólo en los congresos y en el
sentido intrínseco del idioma, sino que como aquel, dentro del seno de
los hablantes aparece una disensión que amenaza con dividir a los
esperanto parlantes. Todo había sido por la publicación de un intento
reformatorio titulado Ido. Pero se pudo contener. Finalmente
en la Liga de las Naciones o Sociedad de las Naciones, antecedente
político de las actuales Naciones Unidas, en una Asamblea reunida en
1922, ratificó un informe en el que se reconocía al esperanto como lengua viva de fácil aprendizaje. Francia intentaría desprestigiar al
esperanto para no perder su posición de lengua más utilizada en el
ámbito internacional, pero no llegaría a nada. Posteriormente, en 1933,
Hitler en Alemania y Stalin en la Unión Soviética prohibirían el
esperanto. Finalmente éste fue reconocido oficialmente por la UNESCO en
1954 y la Asociación Universal de Esperanto se convirtió en miembro
general consultivo de dicho Organismo Internacional.
Hoy
día se calcula que hay entre cien mil y dos millones de hablantes de
esperanto, dato que se puede constatar fácilmente por Internet, ya que
hay incluso clases de esperanto on line.
Para
finalizar me gustaría comentar que en nuestro siglo también se han
creado lenguajes artificiales y que sirven para comunicarse entre los
hablantes. En concreto se trata de un lenguaje
que sin ser creado para ser hablado por miles de persona, ha ido
cogiendo entidad propia. Dispone de su propia gramática y de sus propias
leyes sintácticas, pero su objetivo, en un principio, no era hacer un
idioma mundial, sino servir de base a los personajes de una serie. Me
estoy refiriendo al idioma Klingon de la serie Star Trek. Se trata de un
fenómeno de masas entre los seguidores de la serie. Es tanto el auge de
esta lengua de ficción, que el propio Google tiene su buscador en
idioma Klingon.
También me gustaría citar
como idiomas nuevos y artificiales a los idiomas informáticos y a uno
mucho más antiguo que todos ellos, el aymará. Cierta teoría pontificada
por el matemático boliviano Iván Guzmán de Rojas describe el aymará,
lenguaje indígena que se habla en Bolivia y Perú, como un lenguaje
lógico capaz de ser usado para traducciones y compilaciones informáticas
debido a la sencillez de su estructura. Es tal la facilidad con que se
puede adaptar al lenguaje de los ordenadores que se ha sustentado la
idea que ese idioma fue creado ex profeso. De hecho es el idioma
indígena más hablado de la zona andina.
De
todas formas, en la actualidad, creo que ya no hace falta un idioma
universal artificial, ya que tanto el inglés como el español, se están
auto erigiendo como lenguajes universales y, creo que algún día llegará
que todo el mundo hable el inglés como segunda lengua propia y primera
internacional, sino tiempo al tiempo.
Gilgamesh
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