viernes, 11 de marzo de 2011

Embutido Español en Colombia

No hace mucho que viví durante unos meses en Colombia, concretamente en la ciudad de Cali. Allí, como en la práctica totalidad del Sur y Centroamérica, la vida es bastante diferente a como estamos acostumbrados a vivir en Europa, aunque en realidad las diferencias son mínimas y son más culturales que de otra índole. Pero donde lo noté más fue en la cocina y los alimentos en general. Gran parte de la cocina colombiana es heredera de la española en muy ricos y sabrosos platos, en otra, como la cocina típica criolla, es original de aquellas tierras y eso es lo que la hace distinta. Muchos de los ingredientes que utilizamos a diario en nuestra cocina son escasos en el continente americano o directamente desconocidos, como el conejo o la sobrasada respectivamente. Y he aquí el quid de este post.
Un día me encontraba con añoranza de la comida española, y como se podrá intuir en especial del jamón serrano, así que me dirigí al Éxito, el centro comercial más próximo a donde yo vivía (en Colombia el ocio gira en torno a las discotecas de salsa y los centros comerciales.) Cual no sería mi sorpresa que rebuscando en la zona de los embutidos (chorizo criollo, jamón de York, quesos, etc.) encontré unos apartados en los que se encontraban diferentes sobres con embutidos catalogados como charcutería española. Lo único que no conocía era la marca: Don Diego, aunque imaginé que sería alguna de aquellas marcas que solo se dedican a la exportación. Ya se pueden imaginar la alegría que me invadió, pero esta fue inversamente proporcional a la decepción que me llevé al ver el origen de aquellos susodichos embutidos: ¡Ecuador! Es decir, la marca no era de una exportadora española o alguna importadora colombiana o latinoamericana, era la marca de una fábrica de embutido ecuatoriana. ¡Increíble! Allí había de todo, desde jamón ibérico, hasta fuet y salchichón de Vic, pasando por diversas clases de chorizo como el segoviano de Cantimpalos o la chistorra navarra. Desafortunadamente yo no me percaté de ese detalle hasta que llegué a casa y probé los supuestos manjares de mi tierra. No tenían nada que ver, ni en textura ni por supuesto en sabor y calidad. Fue tal mi desilusión que dejé que se estropearan en la nevera y me dediqué a la chacinería colombiana, que al menos tenía la calidad de su país.
Don Diego, la marca de este embutido basado supuestamente en fórmulas de origen español, esta radicada en Quito y arrancó en 1982 con la idea de proporcionar a sus paisanos los delicados sabores del embutido de la Península Ibérica. Comenzaron importando cerdos de Estados Unidos, Chile y Perú hasta conseguir, según su web, “una línea propia de cerdos “ Posteriormente y tras comercializar en todo el ámbito de Ecuador, expandieron su mercado hasta su país vecino, Colombia. Allí sus productos se comercializan en 28 ciudades, entre ellas Cali que es, como dije, donde conocí este sucedáneo de embutido español.
Con este post no pretendo criticar la calidad de los productos Don Diego, pero sí hacer un llamamiento a que no se comercialicen embutidos con el nombre de origen sin ser éstos productos reales, ya que eso es fraude. Podrían haber puesto en sus etiquetas, por ejemplo: Fuet al estilo de Vic, y así habría quedado uno avisado de que lo que iba a degustar era un sucedáneo y no el original. Quizá pequé de ingenuo, pero la verdad es que aquel embutido no tenía nada que se pareciera al de aquí, y, además, los nuestros tienen la mayoría Denominación de Origen. Así que ya saben, si algún día van a Suramérica, comprueben siempre que si les venden embutidos españoles, sean de verdad de aquí, así no se llevarán una desilusión.
Propicios Días.
Gilgamesh



2 comentarios:

Anónimo dijo...

pinches españoles hijos de puta que chingen su madre los pendejos los odio con todo mi corazon y QUE VIVA MEXICO CABRONES

Anónimo dijo...

al pendejo q' hizo esta pagina q' chingue a su reputísisisima madre!!!!