viernes, 2 de enero de 2009

Año Nuevo, Vida Nueva

Pues sí, es un tópico pero es la ilusión de muchos. La verdad, cambiar a una nueva vida es algo que cuesta mucho. Los vicios, sobretodo los malos, están muy arraigados y cambiarlos es un esfuerzo de titanes.

En la mayoría de los casos todo queda en un empeño y un deseo para el nuevo año. A lo sumo los cambios, si se realizan, no van más allá de las primeras semanas o de los dos primeros meses, volviendo a la cómoda rutina anterior. Otras veces el cambio es nimio, pero suficiente para darle al nuevo año otro cariz distinto al anterior y hacernos sentir bien con nosotros mismos. Y por último está el que realmente cambia de modo de vida, ese es bicho raro. Muchas veces la vida no nos cambia (obviamente) al inicializar un año, sino a mediados o a finales. Un acontecimiento inesperado puede dar al traste con la vida que uno lleva y modificarla para siempre. Podría poner como ejemplo el nacimiento de un hijo no esperado, el despido del trabajo, etc.
Yo me incluyo en el segundo apartado, el de las pequeñas cosas que cambian sin alterar sustancialmente la vida. En mi caso es el hecho de haber abierto un blog donde poder hablar de lo que me dé la gana, sin tapujos ni cortapisas, pero con respeto. Una ventana nueva que me dé una oportunidad de lanzar al mundo mi visón de éste. Y ese blog es este que estáis leyendo, sin más pretensiones que escribir y desahogar mi intelecto de ataduras impuestas. Así que he adquirido una responsabilidad conmigo mismo y que me va a cambiar, sucintamente eso sí, la vida de un modo u otro.
De hecho hay algo que cambia siempre por año nuevo, y eso son los precios de los transportes. Eso es algo que nunca cambiará y que si no nos cambia la vida, al menos no afecta directamente.
Feliz Año Nuevo y feliz intento de cambio.
Saludos, Gilgamesh

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