Desde siempre el cine nos ha mostrado a
los vaqueros como hombres blancos y de gallardo porte, asimismo a los
grandes y míticos tiradores, de una puntería casi sobrenatural, como hombres muy masculinos.
Todos nos acordamos de actores cinematográficos que han idealizado esos arquetipos, astros como Gary Cooper o el inefable John Wayne, entre otras grandes estrellas de la historia del cine. Y en los personajes históricos podemos imaginar como a un gran mito de tirador al famoso forajido Billy the Kid (Billy el Niño), cosa que realmente nunca fue, es decir, aparentemente jamás pudo alardear de darle a una mosca a 10 mts.
Pero la realidad es bien distinta. Los vaqueros más comunes, según leí hace tiempo en alguna parte, eran los afroamericanos, ya que un colono no se arriesgaría a un trabajo tan peligroso como aquel. Y buena prueba de ello es el vaquero de color más famoso de aquella época: Nat Love. En cuánto a las mujeres tiradoras hubo dos muy famosas: Calamity Jane y Annie Oakley. Mientras que la primera era una fuera de la ley, la segunda llegó a ser una gran estrella del espectáculo de aquellos tiempos. Intervino en el espectáculo circense de Buffalo Bill, haciendo exhibiciones magistrales de tiro.
En este post voy a comentar sucintamente unos apuntes sobre estos personajes tan característicos de una época ya lejana y añorada por muchos, el Far West. Además al final del post disfrutarán con un breve vídeo de los alardes de Annie Oakley, filmado en 1894.
El Cowboy
La definición de cowboy es la de un pastor que cuida el ganado en los ranchos de América del Norte, tradicionalmente montado a caballo y que a menudo, realiza una multitud de tareas relacionadas con el rancho. La palabra inglesa cowboy aparece en esa lengua hacia 1725. Parece ser una traducción directa del vocablo español “vaquero”. En inglés aun existe otra palabra para designar a los cowboy, y esta es bukaroo, que sería una deformación de la misma palabra vaquero llevada al inglés. El sentido moderno de la palabra cowboy se desarrolló hacia 1849.
La figura del cowboy americano nace, en su origen, con la del vaquero español a su llegada con los primeros colonos a América. Así, durante siglos, las diferencias de terreno, el clima y la influencia de las tradiciones crearon el embrión arquetípico del cowboy que hoy conocemos. Los españoles al trasladar al Nuevo Mundo el sistema medieval de la hacienda en el siglo XVI, llevaron sus tradiciones de ganadería así como sus caballos y los rebaños domésticos a los grandes territorios de lo que es hoy México y Florida.
Al poseer las tierras un clima seco, con el pasto ralo y muy escaso o esparcido y teniendo el ganado necesidad de grandes cantidades de pastura, se optó por trasladar los rebaños a otras zonas. Al haber grandes extensiones de un lugar al otro, difíciles de cubrir por una persona a pie, es cuando aparece y se desarrolla la figura del cowboy a caballo para el traslado de grandes rebaños.
Con la llegada, posteriormente, de colonos y comerciantes de habla inglesa, las costumbres y tradiciones de ambas culturas se fueron extendiendo y creando un caldo de cultivo propicio para la ganadería transhumante del suroeste americano y el papel del vaquero. Poco antes de la guerra entre México y Estados Unidos en 1848, los comerciantes llegados a California desde Inglaterra, contactaron con los grandes hacendados y vaqueros que allí actuaban, para poder distribuir los productos manufacturados en piel y sebo, que en esos extensos ranchos ganaderos se producían. Así los comerciantes americanos a lo largo de lo que después sería la ruta de Santa Fe, tuvieron contactos comerciales con los cowboy de las zonas. Estos tempranos encuentros entre comerciantes de habla y cultura inglesa, con los vaqueros de origen español, propiciaron la transformación que unió las tradiciones de ambas lenguas y que produjo lo que se conoció en la cultura americana como cowboy.
Con la llegada de los ferrocarriles y un aumento de la demanda de carne vacuna, por parte de la naciente población en la zona del oeste, antes de la guerra de civil americana (1861), el papel del cowboy se trasladó a aquellos lugares, con las necesidades también de trasladar el ganado. La ocupación hacia las zonas más avanzadas en la construcción de la línea férrea, a menudo a cientos de kilómetros, fue paulatina pero rápida.
Muchos de los primeros cowboys del oeste de Estados Unidos fueron indios entrenados para trabajar en las misiones españolas cuidando los rebaños. Pero a finales de la década de los años 60 del siglo XIX, tras la guerra de Secesión y la expansión de la industria ganadera, antiguos soldados de la Unión y de la Confederación fueron al oeste buscando trabajo, lo mismo que muchos hombres necesitados en general. Un número significativo de ex esclavos negros también vieron una oportunidad en la vida de vaquero, en parte porque no había aún tanta discriminación en esa zona como en otras de América del este. Otro número significativo de mexicanos e indios que ya vivían en la zona también trabajaban como vaqueros.
Debido a que los cowboy tenían una clasificación muy baja en la escala social de la época, no se puede saber con certeza la proporción de trabajadores de las distintas razas, aunque algunos censos dan como resultado hacia un 15% en cuánto a cowboy de color se refiere.
Sin tener en cuenta su etnia, la mayoría de los cowboy provenían de las clases sociales más bajas, siendo en general muy pobres. El vaquero medio podía ganar aproximadamente un dólar al día, más la comida y una cama en un barracón cerca del rancho en que trabajaba.
Nat Love
Nat Love nació en junio de 1854 en el condado de Davidson, Tennessee. Esclavo e hijo de esclavos, su familia era propiedad, según sus propias palabras, del plantador Robert Love, del cual tomó su apellido. El propio Nat Love nos cuenta que el día exacto de su nacimiento nunca lo supo, ya que por aquella época a nadie le importaba la fecha de nacimiento de un bebé esclavo. Nat Love pasó su infancia y primera juventud en la plantación. No fue del todo una infancia desagradable, ya que el amo era persona comedida y trataba bien a sus esclavos. Pero eso no significa que no conociera los inherentes episodios de violencia esclavista. En su propia autobiografía se queja de haber visto a los capataces de azotar a hombres caídos en el suelo por no poder levantar un peso que ni cuatro hombres levantarían. (sic) O hacer saltar la piel de la espalda de las mujeres tan sólo por negarse a satisfacer los más bajos instintos del capataz, así como también apartar la vista cuando castigaban con el látigo a niños pequeños por ser su piel de color oscuro.
A finales de la guerra de secesión americana (1861-1865), el dueño de la plantación, Robert Love, se unió a las fuerzas del general Lee. Tras la derrota confederada éste volvió a sus plantaciones, pero no advirtió a sus esclavos que ya podían ser libres. Así que aquellos siguieron trabajando como siempre, aunque Nat Love nota que, a parte del trabajo, en la vida común el amo tenía un trato mucho más amable. Pero evidentemente, las noticias se transmiten con rapidez, y aún más sin son de tenor benéfico, y al final los esclavos de Robert Love se enteraron de que tras la guerra todos los esclavos, sin distinción, eran libres. Mientras que muchos esclavos, quizá todavía incapaces o ya demasiado tarde para ellos, seguían con sus antiguos amos para poder subsistir, el padre del futuro cowboy decidió empezar una nueva vida en libertad. Según Nat Love, su padre alquiló veinte acres de tierra (unas nueve hectáreas aproximadamente) en la que se incluía la cabaña de nuevo cuño que anteriormente les había acondicionado su antiguo amo. En esas tierras cultivarían maíz y tabaco alternativamente.
Pero la vida en libertad no fue tan envidiable y prospera como los padres de Love habían esperado. La miseria se había instalado en el seno de la familia y las tierras no producían apenas más que para cubrir con los gastos del alquiler y poco más. Cuando Nat nos describe aquellos días nos cuenta que en su hogar sus hermanos y él mismo iban casi desnudos y que las comidas diarias se resumían a salvado y cortezas de tocino fritas.
Debido a la paupérrima situación familiar, el joven Nat hubo de buscar trabajo fuera de la casa. Encontró su primer empleo en la granja de un tal Mr. Brooks, a unos 10 km de su hogar y con un sueldo de un dólar al mes. Love refiere que en poco tiempo y debido a su esfuerzo y buen hacer, acabó ganando hasta tres dólares al mes. Pero esa dicha se truncaría pronto debido a un problema por el retraso en el pago de un sueldo. El inconveniente se convirtió en una pelea en la que Nat golpeó a su patrón con una piedra en la cabeza dejándolo casi muerto. Obviamente abandonó su empleo. Una nueva oportunidad le salió de manera fortuita, oportunidad que, además, le inició de forma totalmente amateur con el mundo de los rodeos. Un vecino cercano poseía una granja en la que tenía caballos salvajes. Este granjero tenía que viajar a menudo a causa de sus negocios, pero tenía dos hijos que se cuidaban de la propiedad. Una vez le propusieron a Nat Love, a modo de diversión, que se subiera a uno de los caballos salvajes. Según nos cuenta el propio Nat, les respondió que sólo lo montaría si le pagaban dinero a cambio. Así que los hijos acordaron con él que le pagarían hasta 10 centavos si montaba un caballo hasta domarlo. Nat aceptó y superó el trato. Este se repitió varias veces hasta que le ofrecieron montar un caballo más grande y más intratable que lo acostumbrado. Love pidió más dinero por la monta, cosa que aceptaron los dueños del caballo. Pero la cosa no salió como todos esperaban. El caballo fue más bravo de lo que temían y saltó la valla del cercado, corriendo totalmente desbocado y haciendo que perros y caballos de granjas cercanas siguieran al indómito animal. Aquelló terminó con el negocio de monta y doma de Love. Como hemos dicho, este fue el primer escarceo del joven con el mundo de los caballos y el rodeo.
Tras esa experiencia, Nat encontró en 1869 su primer trabajo como vaquero en la compañía Duval, trasladándose a vivir a Texas. Se dirigió a Kansas, que en aquella época, según sus palabras, era un gran centro ganadero y una típica ciudad de frontera, en la que sólo había tabernas y salones de baile y juego y poco más, estando siempre la ciudad llena de grupos de cowboys. Nat deja escrito que entre aquellos cowboys había muchos que eran chicos de color. Entonces él se dedicó a preguntar entre un grupo y otro en busca de oportunidades, hasta que en uno, tras invitarlo a comer, el capataz le preguntó si sabría montar un caballo salvaje. Al responder que sí, todos lo miraron con recelo y le propusieron la monta de uno a modo de prueba. Quizá todo el mundo pensaría que Nat caería a la primera, pero pasó la prueba y el capataz le dio el trabajo con un sueldo de 30 dólares al mes para empezar. Allí mismo le cambiarían el nombre por el de Red River Dick.
Así es como Nat Love se hizo cowboy profesional. Estuvo con la compañía Duval hasta 1872, fecha en la que cambió de compañía, trabajando desde entonces para el ganadero Pete Gallinger. A partir de esa fecha es cuando empieza a flirtear con el mundo de los rodeos. Participó en diversos torneos, ganando distintos premios; la soga, el lazo, la silla de montar, etc. todos ellos muy codiciados en el mundo del rodeo de aquella época. Visitó varias ciudades hasta que recaló en 1876 en Deadwood, en Dakota del Sur. Allí se hizo relativamente famoso en los rodeos y se ganó uno de los apodos codiciados, el de Deadwood Dyck. Ese apodo (Deadwood) era en realidad también el nombre de un personaje de ficción que aparecía en las novelas de 10 centavos o Due Novels, que fueron publicadas entre 1877 y 1897, por Edward Wheeler.
Nat Love fue alternando su trabajo de cowboy con sus apariciones en los rodeos hasta que en 1889 se casó con Alice. Al año siguiente dejó la vida de aventuras que hasta entonces había llevado y cambió el caballo de carne y hueso por el caballo de hierro. Efectivamente, en el año 1890, Nat Love entró a trabajar como maletero de los ferrocarriles Pullman. Y allí continuó la vida laboral hasta su jubilación.
Aunque las leyes habían prohibido la alfabetización de los negros, Nat Love aprendió a leer y escribir por su cuenta y con la ayuda de su padre. Así en 1907 publicó su autobiografía, La Vida y Aventuras de Nat Love, en la que explicita que la ha escrito él mismo y con sus propias experiencias. De todos modos no deja de ser una visión un tanto romántica de la época.
Nat Love murió en 1921, dejando tras de sí un aura de héroe del rodeo y famoso cowboy.
Los tiradores
Los tiradores solían ser personajes que se ganaban la vida o sobrevivían en torneos de tiro o apuestas. Tiradores famosos como Wild Bill Hickok, John Wesley Hardin, Buffalo Bill o Doc Carver utilizaron sus habilidades para sobrevivir en el ambiente de las ciudades de frontera norteamericanas. Otros desarrollaron su capacidad sobre el escenario para ganarse la vida actuando ante el público.
Annie Oakley
Annie Oakley nació en agosto de 1860, en un pueblecito llamado Woodland (hoy Willowdell) en Ohio. Sus padres, Jacob Mosey y Susan Wise, eran unos cuáqueros que tenían como negocio una taberna en Hollidaysbourg, Pennylvania. La familia Mosey emigró a Ohio tras el incendio de la taberna. En Ohio alquilaron y después compraron una granja familiar, en Patterson Township.
Los padres de Annie tuvieron ocho hijos, siendo ella la sexta. En 1866 el padre murió debido a una pulmonía y su madre se volvió a casar, teniendo un nuevo hijo, el noveno. Pero una vez más volvió a enviudar.
Annie, debido a la pobreza por la muerte de su padre, no podía asistir regularmente a la escuela, así que empezó bien pronto a tomar el rifle para cazar y poder mantener a su familia. Con lo obtenido de la caza se iba al pueblo cercano de Greenville y solía venderlo por los locales y restaurantes y también por los hoteles, llegando incluso a desplazarse a veces hasta Cincinnati. Gracias a sus habilidades en la caza, la familia pudo salir adelante y también sus proezas de tiro serían conocidas por toda la zona de Greenville y los alrededores.
En la primavera de 1881, llegó hasta Cincinnati el espectáculo de tiro de Baughman y Butler. Butler era un emigrante irlandés, buen tirador y fanfarrón que retó a Jack Frost, dueño de un hotel en la ciudad, con una apuesta de 100 dólares. Butler retaba a que Frost encontrara a cualquier tirador local a que lo superara en tiros y aciertos. Frost aceptó la apuesta pensando en la jovencita que a veces le había vendido piezas y que tenía tanta fama de buena tiradora. Así que le propuso a Butler que si quería tendría que aceptar el reto, pero que sería al cabo de diez días y en un pueblecito cercano a Greeville, a unas 20 millas. Butler aceptó y llegó el día. Annie Oakley batió con un estrecho margen a Butler, pero ganó y cobró la recompensa. Este quedó tan asombrado con la habilidad de la joven que la cortejó hasta que finalmente se casaron al año siguiente, en el verano de 1882.
El matrimonio vivió durante un tiempo en Cincinnati. Según parece, el apellido Oakley lo adoptó Annie del barrio de Oakley, que era en el que vivían en esa ciudad. Ala principio, Annie ejercía de ayudante de Butler en el espectáculo durante los viajes del grupo. Pero su esposo pronto se daría cuenta del talento de ella y de que estaba malgastando sus habilidades como una simple ayudante. Así que la tomó bajo su cargo y se hizo su representante.
En 1885 se unieron al espectáculo de Buffalo Bill, donde debido a la corta estatura de Annie y a su gran puntería, el jefe sioux, Toro Sentado la apodó como Watanya Cicilla, traducido en los posters publicitarios de la época como la Pequeña Tiro Seguro.
En sus primeros tiempos del show de Buffalo Bill, Annie Oakley tuvo una tensa rivalidad con otro tirador del show más joven que ella, Lillian Smith. Quizá por ser hombre o quizá por ser más joven, la cuestión es que a ojos de Buffalo Bill, era más rentable Lillian Smith que Annie Oakley. Así que ésta decidió abandonar el espectáculo. Pero no tardó a volver tiempo después, cuando el propio Smith también abandonó el show.
Con el espectáculo del excazador de búfalos, Annie recorrió todo Estados Unidos y gran parte de Europa. Actuó delante de la reina Victoria de Inglaterra y de las principales personalidades europeas. En una demostración arrancó la ceniza del cigarro que sostenía el Príncipe de Prusia, el que sería futuro Kaiser alemán, Guillermo II. Algunos comentarios de la época decían que si Annie hubiera disparado al Kaiser en lugar de a su cigarro, se habría evitado la Primera Gran Guerra.
Como curiosidad, es interesante comentar que en 1898, en vísperas de la guerra que enfrentaría a Estados Unidos con España, Annie Oakley envió una carta al presidente William McKinley, con fecha del 5 de abril del mismo año, en que ofrecía sus servicios y el de otras cincuenta mujeres, por si el país entraba en guerra con el nuestro. La oferta fue rechazada por el presidente Mckinley.
Oakley siguió en el show de Búfalo Bill durante dieciséis años, hasta que en 1901 se lesionó al caerse cuando bajaba de un ferrocarril. El accidente le provocó una lesión con invalidez temporal. Afortunadamente se recuperó y pudo volver a caminar, pero abandonando el show de Buffalo Bill. No así el espectáculo de tiro, ya que ella siguió disparando ocasionalmente hasta los 60 años, edad en que lo dejó definitivamente. Tuvo tanta fama que en 1894 incluso llegó a actuar en un circo de aficionados en New Jersey, para recaudar fondos para la Cruz Roja.
Según se cuenta, Annie Oakley era capaz de corta el borde de una naipe a 27 metros y pegarle 5 ó 6 balazos más antes de que llegase al suelo, usando para ello un rifle del calibre 22. Aunque opino que eso entra más bien dentro del mundo legendario que del real.
Annie Oakley murió en 1926 con 66 años y con la leyenda de haber sido la mejor tiradora de todos los tiempos.
Todos nos acordamos de actores cinematográficos que han idealizado esos arquetipos, astros como Gary Cooper o el inefable John Wayne, entre otras grandes estrellas de la historia del cine. Y en los personajes históricos podemos imaginar como a un gran mito de tirador al famoso forajido Billy the Kid (Billy el Niño), cosa que realmente nunca fue, es decir, aparentemente jamás pudo alardear de darle a una mosca a 10 mts.
Pero la realidad es bien distinta. Los vaqueros más comunes, según leí hace tiempo en alguna parte, eran los afroamericanos, ya que un colono no se arriesgaría a un trabajo tan peligroso como aquel. Y buena prueba de ello es el vaquero de color más famoso de aquella época: Nat Love. En cuánto a las mujeres tiradoras hubo dos muy famosas: Calamity Jane y Annie Oakley. Mientras que la primera era una fuera de la ley, la segunda llegó a ser una gran estrella del espectáculo de aquellos tiempos. Intervino en el espectáculo circense de Buffalo Bill, haciendo exhibiciones magistrales de tiro.
En este post voy a comentar sucintamente unos apuntes sobre estos personajes tan característicos de una época ya lejana y añorada por muchos, el Far West. Además al final del post disfrutarán con un breve vídeo de los alardes de Annie Oakley, filmado en 1894.
El Cowboy
La definición de cowboy es la de un pastor que cuida el ganado en los ranchos de América del Norte, tradicionalmente montado a caballo y que a menudo, realiza una multitud de tareas relacionadas con el rancho. La palabra inglesa cowboy aparece en esa lengua hacia 1725. Parece ser una traducción directa del vocablo español “vaquero”. En inglés aun existe otra palabra para designar a los cowboy, y esta es bukaroo, que sería una deformación de la misma palabra vaquero llevada al inglés. El sentido moderno de la palabra cowboy se desarrolló hacia 1849.
La figura del cowboy americano nace, en su origen, con la del vaquero español a su llegada con los primeros colonos a América. Así, durante siglos, las diferencias de terreno, el clima y la influencia de las tradiciones crearon el embrión arquetípico del cowboy que hoy conocemos. Los españoles al trasladar al Nuevo Mundo el sistema medieval de la hacienda en el siglo XVI, llevaron sus tradiciones de ganadería así como sus caballos y los rebaños domésticos a los grandes territorios de lo que es hoy México y Florida.
Al poseer las tierras un clima seco, con el pasto ralo y muy escaso o esparcido y teniendo el ganado necesidad de grandes cantidades de pastura, se optó por trasladar los rebaños a otras zonas. Al haber grandes extensiones de un lugar al otro, difíciles de cubrir por una persona a pie, es cuando aparece y se desarrolla la figura del cowboy a caballo para el traslado de grandes rebaños.
Con la llegada, posteriormente, de colonos y comerciantes de habla inglesa, las costumbres y tradiciones de ambas culturas se fueron extendiendo y creando un caldo de cultivo propicio para la ganadería transhumante del suroeste americano y el papel del vaquero. Poco antes de la guerra entre México y Estados Unidos en 1848, los comerciantes llegados a California desde Inglaterra, contactaron con los grandes hacendados y vaqueros que allí actuaban, para poder distribuir los productos manufacturados en piel y sebo, que en esos extensos ranchos ganaderos se producían. Así los comerciantes americanos a lo largo de lo que después sería la ruta de Santa Fe, tuvieron contactos comerciales con los cowboy de las zonas. Estos tempranos encuentros entre comerciantes de habla y cultura inglesa, con los vaqueros de origen español, propiciaron la transformación que unió las tradiciones de ambas lenguas y que produjo lo que se conoció en la cultura americana como cowboy.
Con la llegada de los ferrocarriles y un aumento de la demanda de carne vacuna, por parte de la naciente población en la zona del oeste, antes de la guerra de civil americana (1861), el papel del cowboy se trasladó a aquellos lugares, con las necesidades también de trasladar el ganado. La ocupación hacia las zonas más avanzadas en la construcción de la línea férrea, a menudo a cientos de kilómetros, fue paulatina pero rápida.
Muchos de los primeros cowboys del oeste de Estados Unidos fueron indios entrenados para trabajar en las misiones españolas cuidando los rebaños. Pero a finales de la década de los años 60 del siglo XIX, tras la guerra de Secesión y la expansión de la industria ganadera, antiguos soldados de la Unión y de la Confederación fueron al oeste buscando trabajo, lo mismo que muchos hombres necesitados en general. Un número significativo de ex esclavos negros también vieron una oportunidad en la vida de vaquero, en parte porque no había aún tanta discriminación en esa zona como en otras de América del este. Otro número significativo de mexicanos e indios que ya vivían en la zona también trabajaban como vaqueros.
Debido a que los cowboy tenían una clasificación muy baja en la escala social de la época, no se puede saber con certeza la proporción de trabajadores de las distintas razas, aunque algunos censos dan como resultado hacia un 15% en cuánto a cowboy de color se refiere.
Sin tener en cuenta su etnia, la mayoría de los cowboy provenían de las clases sociales más bajas, siendo en general muy pobres. El vaquero medio podía ganar aproximadamente un dólar al día, más la comida y una cama en un barracón cerca del rancho en que trabajaba.
Nat Love
Nat Love nació en junio de 1854 en el condado de Davidson, Tennessee. Esclavo e hijo de esclavos, su familia era propiedad, según sus propias palabras, del plantador Robert Love, del cual tomó su apellido. El propio Nat Love nos cuenta que el día exacto de su nacimiento nunca lo supo, ya que por aquella época a nadie le importaba la fecha de nacimiento de un bebé esclavo. Nat Love pasó su infancia y primera juventud en la plantación. No fue del todo una infancia desagradable, ya que el amo era persona comedida y trataba bien a sus esclavos. Pero eso no significa que no conociera los inherentes episodios de violencia esclavista. En su propia autobiografía se queja de haber visto a los capataces de azotar a hombres caídos en el suelo por no poder levantar un peso que ni cuatro hombres levantarían. (sic) O hacer saltar la piel de la espalda de las mujeres tan sólo por negarse a satisfacer los más bajos instintos del capataz, así como también apartar la vista cuando castigaban con el látigo a niños pequeños por ser su piel de color oscuro.
A finales de la guerra de secesión americana (1861-1865), el dueño de la plantación, Robert Love, se unió a las fuerzas del general Lee. Tras la derrota confederada éste volvió a sus plantaciones, pero no advirtió a sus esclavos que ya podían ser libres. Así que aquellos siguieron trabajando como siempre, aunque Nat Love nota que, a parte del trabajo, en la vida común el amo tenía un trato mucho más amable. Pero evidentemente, las noticias se transmiten con rapidez, y aún más sin son de tenor benéfico, y al final los esclavos de Robert Love se enteraron de que tras la guerra todos los esclavos, sin distinción, eran libres. Mientras que muchos esclavos, quizá todavía incapaces o ya demasiado tarde para ellos, seguían con sus antiguos amos para poder subsistir, el padre del futuro cowboy decidió empezar una nueva vida en libertad. Según Nat Love, su padre alquiló veinte acres de tierra (unas nueve hectáreas aproximadamente) en la que se incluía la cabaña de nuevo cuño que anteriormente les había acondicionado su antiguo amo. En esas tierras cultivarían maíz y tabaco alternativamente.
Pero la vida en libertad no fue tan envidiable y prospera como los padres de Love habían esperado. La miseria se había instalado en el seno de la familia y las tierras no producían apenas más que para cubrir con los gastos del alquiler y poco más. Cuando Nat nos describe aquellos días nos cuenta que en su hogar sus hermanos y él mismo iban casi desnudos y que las comidas diarias se resumían a salvado y cortezas de tocino fritas.
Debido a la paupérrima situación familiar, el joven Nat hubo de buscar trabajo fuera de la casa. Encontró su primer empleo en la granja de un tal Mr. Brooks, a unos 10 km de su hogar y con un sueldo de un dólar al mes. Love refiere que en poco tiempo y debido a su esfuerzo y buen hacer, acabó ganando hasta tres dólares al mes. Pero esa dicha se truncaría pronto debido a un problema por el retraso en el pago de un sueldo. El inconveniente se convirtió en una pelea en la que Nat golpeó a su patrón con una piedra en la cabeza dejándolo casi muerto. Obviamente abandonó su empleo. Una nueva oportunidad le salió de manera fortuita, oportunidad que, además, le inició de forma totalmente amateur con el mundo de los rodeos. Un vecino cercano poseía una granja en la que tenía caballos salvajes. Este granjero tenía que viajar a menudo a causa de sus negocios, pero tenía dos hijos que se cuidaban de la propiedad. Una vez le propusieron a Nat Love, a modo de diversión, que se subiera a uno de los caballos salvajes. Según nos cuenta el propio Nat, les respondió que sólo lo montaría si le pagaban dinero a cambio. Así que los hijos acordaron con él que le pagarían hasta 10 centavos si montaba un caballo hasta domarlo. Nat aceptó y superó el trato. Este se repitió varias veces hasta que le ofrecieron montar un caballo más grande y más intratable que lo acostumbrado. Love pidió más dinero por la monta, cosa que aceptaron los dueños del caballo. Pero la cosa no salió como todos esperaban. El caballo fue más bravo de lo que temían y saltó la valla del cercado, corriendo totalmente desbocado y haciendo que perros y caballos de granjas cercanas siguieran al indómito animal. Aquelló terminó con el negocio de monta y doma de Love. Como hemos dicho, este fue el primer escarceo del joven con el mundo de los caballos y el rodeo.
Tras esa experiencia, Nat encontró en 1869 su primer trabajo como vaquero en la compañía Duval, trasladándose a vivir a Texas. Se dirigió a Kansas, que en aquella época, según sus palabras, era un gran centro ganadero y una típica ciudad de frontera, en la que sólo había tabernas y salones de baile y juego y poco más, estando siempre la ciudad llena de grupos de cowboys. Nat deja escrito que entre aquellos cowboys había muchos que eran chicos de color. Entonces él se dedicó a preguntar entre un grupo y otro en busca de oportunidades, hasta que en uno, tras invitarlo a comer, el capataz le preguntó si sabría montar un caballo salvaje. Al responder que sí, todos lo miraron con recelo y le propusieron la monta de uno a modo de prueba. Quizá todo el mundo pensaría que Nat caería a la primera, pero pasó la prueba y el capataz le dio el trabajo con un sueldo de 30 dólares al mes para empezar. Allí mismo le cambiarían el nombre por el de Red River Dick.
Así es como Nat Love se hizo cowboy profesional. Estuvo con la compañía Duval hasta 1872, fecha en la que cambió de compañía, trabajando desde entonces para el ganadero Pete Gallinger. A partir de esa fecha es cuando empieza a flirtear con el mundo de los rodeos. Participó en diversos torneos, ganando distintos premios; la soga, el lazo, la silla de montar, etc. todos ellos muy codiciados en el mundo del rodeo de aquella época. Visitó varias ciudades hasta que recaló en 1876 en Deadwood, en Dakota del Sur. Allí se hizo relativamente famoso en los rodeos y se ganó uno de los apodos codiciados, el de Deadwood Dyck. Ese apodo (Deadwood) era en realidad también el nombre de un personaje de ficción que aparecía en las novelas de 10 centavos o Due Novels, que fueron publicadas entre 1877 y 1897, por Edward Wheeler.
Nat Love fue alternando su trabajo de cowboy con sus apariciones en los rodeos hasta que en 1889 se casó con Alice. Al año siguiente dejó la vida de aventuras que hasta entonces había llevado y cambió el caballo de carne y hueso por el caballo de hierro. Efectivamente, en el año 1890, Nat Love entró a trabajar como maletero de los ferrocarriles Pullman. Y allí continuó la vida laboral hasta su jubilación.
Aunque las leyes habían prohibido la alfabetización de los negros, Nat Love aprendió a leer y escribir por su cuenta y con la ayuda de su padre. Así en 1907 publicó su autobiografía, La Vida y Aventuras de Nat Love, en la que explicita que la ha escrito él mismo y con sus propias experiencias. De todos modos no deja de ser una visión un tanto romántica de la época.
Nat Love murió en 1921, dejando tras de sí un aura de héroe del rodeo y famoso cowboy.
Los tiradores
Los tiradores solían ser personajes que se ganaban la vida o sobrevivían en torneos de tiro o apuestas. Tiradores famosos como Wild Bill Hickok, John Wesley Hardin, Buffalo Bill o Doc Carver utilizaron sus habilidades para sobrevivir en el ambiente de las ciudades de frontera norteamericanas. Otros desarrollaron su capacidad sobre el escenario para ganarse la vida actuando ante el público.
Annie Oakley
Annie Oakley nació en agosto de 1860, en un pueblecito llamado Woodland (hoy Willowdell) en Ohio. Sus padres, Jacob Mosey y Susan Wise, eran unos cuáqueros que tenían como negocio una taberna en Hollidaysbourg, Pennylvania. La familia Mosey emigró a Ohio tras el incendio de la taberna. En Ohio alquilaron y después compraron una granja familiar, en Patterson Township.
Los padres de Annie tuvieron ocho hijos, siendo ella la sexta. En 1866 el padre murió debido a una pulmonía y su madre se volvió a casar, teniendo un nuevo hijo, el noveno. Pero una vez más volvió a enviudar.
Annie, debido a la pobreza por la muerte de su padre, no podía asistir regularmente a la escuela, así que empezó bien pronto a tomar el rifle para cazar y poder mantener a su familia. Con lo obtenido de la caza se iba al pueblo cercano de Greenville y solía venderlo por los locales y restaurantes y también por los hoteles, llegando incluso a desplazarse a veces hasta Cincinnati. Gracias a sus habilidades en la caza, la familia pudo salir adelante y también sus proezas de tiro serían conocidas por toda la zona de Greenville y los alrededores.
En la primavera de 1881, llegó hasta Cincinnati el espectáculo de tiro de Baughman y Butler. Butler era un emigrante irlandés, buen tirador y fanfarrón que retó a Jack Frost, dueño de un hotel en la ciudad, con una apuesta de 100 dólares. Butler retaba a que Frost encontrara a cualquier tirador local a que lo superara en tiros y aciertos. Frost aceptó la apuesta pensando en la jovencita que a veces le había vendido piezas y que tenía tanta fama de buena tiradora. Así que le propuso a Butler que si quería tendría que aceptar el reto, pero que sería al cabo de diez días y en un pueblecito cercano a Greeville, a unas 20 millas. Butler aceptó y llegó el día. Annie Oakley batió con un estrecho margen a Butler, pero ganó y cobró la recompensa. Este quedó tan asombrado con la habilidad de la joven que la cortejó hasta que finalmente se casaron al año siguiente, en el verano de 1882.
El matrimonio vivió durante un tiempo en Cincinnati. Según parece, el apellido Oakley lo adoptó Annie del barrio de Oakley, que era en el que vivían en esa ciudad. Ala principio, Annie ejercía de ayudante de Butler en el espectáculo durante los viajes del grupo. Pero su esposo pronto se daría cuenta del talento de ella y de que estaba malgastando sus habilidades como una simple ayudante. Así que la tomó bajo su cargo y se hizo su representante.
En 1885 se unieron al espectáculo de Buffalo Bill, donde debido a la corta estatura de Annie y a su gran puntería, el jefe sioux, Toro Sentado la apodó como Watanya Cicilla, traducido en los posters publicitarios de la época como la Pequeña Tiro Seguro.
En sus primeros tiempos del show de Buffalo Bill, Annie Oakley tuvo una tensa rivalidad con otro tirador del show más joven que ella, Lillian Smith. Quizá por ser hombre o quizá por ser más joven, la cuestión es que a ojos de Buffalo Bill, era más rentable Lillian Smith que Annie Oakley. Así que ésta decidió abandonar el espectáculo. Pero no tardó a volver tiempo después, cuando el propio Smith también abandonó el show.
Con el espectáculo del excazador de búfalos, Annie recorrió todo Estados Unidos y gran parte de Europa. Actuó delante de la reina Victoria de Inglaterra y de las principales personalidades europeas. En una demostración arrancó la ceniza del cigarro que sostenía el Príncipe de Prusia, el que sería futuro Kaiser alemán, Guillermo II. Algunos comentarios de la época decían que si Annie hubiera disparado al Kaiser en lugar de a su cigarro, se habría evitado la Primera Gran Guerra.
Como curiosidad, es interesante comentar que en 1898, en vísperas de la guerra que enfrentaría a Estados Unidos con España, Annie Oakley envió una carta al presidente William McKinley, con fecha del 5 de abril del mismo año, en que ofrecía sus servicios y el de otras cincuenta mujeres, por si el país entraba en guerra con el nuestro. La oferta fue rechazada por el presidente Mckinley.
Oakley siguió en el show de Búfalo Bill durante dieciséis años, hasta que en 1901 se lesionó al caerse cuando bajaba de un ferrocarril. El accidente le provocó una lesión con invalidez temporal. Afortunadamente se recuperó y pudo volver a caminar, pero abandonando el show de Buffalo Bill. No así el espectáculo de tiro, ya que ella siguió disparando ocasionalmente hasta los 60 años, edad en que lo dejó definitivamente. Tuvo tanta fama que en 1894 incluso llegó a actuar en un circo de aficionados en New Jersey, para recaudar fondos para la Cruz Roja.
Según se cuenta, Annie Oakley era capaz de corta el borde de una naipe a 27 metros y pegarle 5 ó 6 balazos más antes de que llegase al suelo, usando para ello un rifle del calibre 22. Aunque opino que eso entra más bien dentro del mundo legendario que del real.
Annie Oakley murió en 1926 con 66 años y con la leyenda de haber sido la mejor tiradora de todos los tiempos.
Como links les dejo una página con enlace a la edición digital del libro de Nat Love
y una página sobre Annie Oakley.
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