Hoy les presento otra historia. Esta vez se trata de una divertida aventura de dos tipos que buscando pasar una noche en buena compañía femenina se cuelan, enredando al portero, en un club de amor libre y terminan en un mar de líos y de disparates. Espero que les guste y la disfruten. Aunque es un pelín larga vale la pena llegar al final, ya que hay momentos realmente divertidos.
Y ahora, señores, pasen y entren al Club Kingston. Propicios Días. Gilgamesh.
Para leer este relato sigue el siguiente enlace al blog de Axel, Chus y David Adventures, donde podrás gozar de más relatos de estos divertidos personajes. Además en su blog tendrás la oportunidad de conocer su rostro y el de las chicas, pudiendo conocer a su vez los nuevos ambientes donde se van a desarrollar las nuevas aventuras. Que los disfrutéis.
En el noticiero de ayer viernes de Tele 5 se ofreció una noticia, por llamarlo de algún modo, harto curiosa. La nota hacía referencia a las preguntas y comentarios que hacían los turistas poco informados o simplemente tontos a los guías turísticos de algunas ciudades españolas. Entre las bellezas que los sufridos guías comentaban había las siguientes perlas: --- Una guía de Madrid comentaba que en el Escorial, una turista se enojó furiosamente ya ella quería ir a comer gambas a la plancha en el paseo marítimo. El enfado de la turista era monumental porque, según ella, ya lo había hecho en otras ocasiones. Finalmente la cicerone averiguó que donde se había comido las gambas la gourmet, que no geógrafa señora, fue en Estoril y no en El Escorial. --- Delante de la catedral de Toledo, el guía se desgañitó explicando la historia y las partes arquitectónicas del edificio. Tras media hora de explicaciones uno de los turistas del grupo levantó la mano y preguntó: ¿ Y dónde está esa catedral? --- En Barcelona, la guía tras explicar concienzudamente todo lo relativo a la catedral de la Sagrada Familia y comentar el motivo del por que no está aun terminada, oye que alguien le pregunta: ¿El señor Gaudí cada cuánto visita la obra? --- También en Barcelona una turista, esta si que creo que era rematadamente tonta, una vez hubo subido a uno de los buses turísticos dispuestos por el Ayuntamiento, le pregunta a la guía: ¿Y dónde está el conductor de la planta superior del autobús? Como podemos ver muchos de los turistas que visitan nuestro país adolecen del más mínimo conocimiento o el más mínimo retraimiento para preguntar ciertas cosas. Hasta aquí lo visto en televisión. Pero en un blog malagueño he encontrado la siguiente perla. En la Oficina Municipal de Turismo llegaron unos turistas estadounidenses y preguntaron si aun vivían los reyes católicos en la alcazaba. La verdad es que mucho del turismo cultural es más bien acultural y cometen atrocidades dignas del Libro de los Records. Otras veces los enredos devienen por las confusiones del idioma y las costumbres distintas en cada país. Recuerdo que en Barcelona, durante las olimpiadas se hizo popular la confusión de un turista japonés que buscando el famoso Palau Sant Jordi, preguntó por el Palacio de san Jordi Pujol. Pero no solo a los guías de turismo les ocurren cosas semejantes, a mí particularmente, me preguntaron una vez unas turistas por una extraña calle: --- Por favor, la calle San Pérez. Yo repasé mentalmente el callejero de Barcelona y después lo que sabía sobre hagiografía y tuve que concluir que desconocía, no tan solo la calle, sino también ese santo. Finalmente pude desentrañar el entuerto. Resultó ser la Ronda de San Pedro. En catalán sería la Ronda de Sant Pere, de ahí la confusión de las pobres chicas. He aquí una prueba de la confusión ocasionada por la cuestión idiomática. En otra ocasión la culpa fue por el conocimiento parcial de las costumbres. Me encontraba yo un día uno de noviembre de hace cuatro años, cenando en un restaurante chino al que solía ir de vez en cuando. En aquella época estaba leyendo un libro sobre la historia de China y descuidadamente lo dejé encima de la mesa mientras me servían el pedido. No tardó en apercibirse la camarera del tema del libro y de ello salió una breve conversación sobre la historia china, que derivó en las costumbres de ambos países. Cual no sería mi sorpresa que, comentando las costumbres de las fechas en las que estábamos (Festividad de todos los Santos) la joven china me dijo que a ella le parecía muy curiosa nuestra tradición de celebrar el día 1 de noviembre, Santa Castaña, comiéndonos ese fruto seco asado. La chica acababa de inventarse una nueva santa para el santoral. Y abundando sobre las costumbres culturales que llevan a situaciones jocosas, voy a contar la última anécdota que me ocurrió. Esta vez hace muchos años, era yo un criajo de seis o siete y mi partener en la anécdota fue también esta vez un oriental. Volvía de la escuela con mi madre cuando vimos en el suelo un mapa. Al recogerlo observó mi progenitora que tenía caracteres orientales y muy sagazmente dedujo que sería de un señor de por aquellos lares que por allí pasaba con aspecto de buscar algo. Como toda mamá que se precie me envió a mí a hacer entrega del mapa perdido al señor, que creo era japonés. Feliz yo, por tener mi primer encuentro con alguien de tan lejano horizonte fui corriendo a cumplir mi cometido. Efectivamente el mapa era del turista y al verlo y recupérarlo, muy agradecido el hombre, me hizo una inclinación de cabeza en señal de agradecimiento. Yo, como bien educado que estaba, le correspondí con el mismo gesto. Claro que, como la norma indicaba que el japonés debía ser el último como símbolo de agradecimiento, tras hacerle yo la reverencia él repitió a su vez el gesto, cosa que volví a hacer yo. Y así estuvimos unos cuántos minutos hasta que finalmente me cansé y me importó un pepino que fuera educado o no. Me marché corriendo y dejé al pobre hombre haciendo su reverencia. Al llegar a la altura de mi madre, ésta comprensiblemente estaba muerta de la risa. Hasta aquí este cúmulo de anécdotas disparatadas. Pero si hay algo que sacar en conclusión, es que mucha gente debería informarse más antes de visitar un país y no ir haciendo gala de una cultura que para nada les honra. Y si hay un país que puede alardear de cierta ignorancia en geografía, ese es Estados Unidos, y si no, vean el enlace del video que les dejo. También les proporciono el enlace al blog de Málaga, para que se diviertan con más dislates de turistas. Propicios días. Gilgamesh La Curiosidad del Turista
Viendo la foto que he puesto como foto de la semana, he decidido ponerla en grande para que se aprecie mejor el detalle del aspecto de las nobles damas. Esta foto parece ser que es del siglo XIX, y se trataría de alguna asociación de señoras puritanas, tan de moda por aquellas épocas en Estados Unidos. Estas en concreto estarían en contra de los bebedores de licor, es de suponer que sus maridos, quien sabe. El letrero que tan ufanamente enarbolan las dignas damas, explica que, los labios que toquen el licor, no deben tocar los labios de ellas. Claro que si miramos detenidamente el aspecto y las expresiones de las damiselas, creo que para besarlas harían falta muchos litros de licor. ¿O ustedes que opinan? La verdad es que dan miedo y entiendo a sus sufridos esposos el refugio en el alcohol. (Clicar en la foto para ver el detalle) Propicios días. Gilgamesh
Hacía diez años que no iba a la playa de aquel encantador pueblecito costero en el Maresme. Sí, desde 1999 que no pisaba la arena y me metía en el mar de esa localidad. Mucho ha llovido desde entonces y la playa ha cambiado al igual que el pueblo. Antes se solía ver a los viejecitos del lugar, que en su juventud habían sido marineros pescadores de aquel pueblo costero. También se podía observar, como en otros muchos pueblos del Maresme, a los habitantes del propio municipio en las playas durante un día laboral, o bien a turistas acomodados de Barcelona que allí tenían su segunda residencia. Al turismo extranjero te lo encontrabas si ibas un poco más arriba de la costa. Grupos de ingleses, alemanes, italianos o franceses los encontrabas disfrutando de la zona alta del Maresme o bien ya en la Costa Brava. Hoy la cosa ha cambiado. Con la inmigración todo se ha masificado y donde antes veías lugareños de toda la vida, hoy sólo ves personal de allende los mares. Gente que nada tiene que ver con el pueblo y que desvirtúan todo el encanto que podría tener un pueblecito costero. Yo me pregunto, ¿Dónde está la gente del pueblo? ¿Dónde están los lugareños de toda la vida? Antaño era una playa muy familiar y principalmente visitada por gente que vivía allí de toda la vida. Yo conocía a muchas de aquellas personas y había tenido cierta relación con ellas. Hoy que llegué, con la esperanza de reencontrarme con alguna de aquellas viejas amistades, solo me he topado en el pueblo con gente de otros países afincados allí, principalmente suramericanos. No encontré a nadie a quien yo hubiese conocido con anterioridad. Algunos tenían en su momento comercios; hoy o aquellos comercios han cambiado y en su lugar hay otro negocio regentado por un paquistaní o bien el que se encarga del viejo local es ahora un latino que nada tiene que ver y que es el orgulloso propietario. En fin, que me he quedado desagradablemente sorprendido, ya que los antiguos alcaldes de esa localidad en concreto, siempre habían intentado mantener un nivel alto de vida en el municipio, siendo el más costoso de todo el bajo Maresme. Un piso allí era bastante prohibitivo hace 10 años. En cambio hoy vive gente que en teoría estaba muy mal en sus países pero que aquí, curiosamente, les ha ido tan bien que hasta pueden comprar negocios y vivir en un pueblo caro, en su momento, hasta para los de Barcelona. No me explico que está pasando. Pero resumiendo, vuelvo a formularme la misma pregunta de más arriba. ¿Dónde está la gente autóctona? Porque para que esa gran cantidad de inmigración pueda ser absorbida se necesitan viviendas vacías y, si algo he podido comprobar, es que no se han hecho edificios nuevos por la zona. Ahora se parece más a un pueblo de la costa ecuatoriana o peruana que no a uno de la costa catalana. Es un misterio total. Pero en fin, parece que se hace real aquel viejo adagio: De fuera vendrán, que de tu casa te sacarán. Propicios días. Gilgamesh.
Que hay crisis, es algo harto notorio, pero que la crisis llegue a ciertos extremos es harina de otro costal. Las fotos de la ilustración tienen dos lecturas: 1) O bien con la crisis la gente se ahorra hasta el morirse. 2) O la demanda de pisos baratos ha llegado hasta los extremos de alquilar lo que sea.
Claro que también podrían ser los nuevos hoteles económicos para turistas japoneses en apuros crematísticos. Ya que bien vistos son iguales a muchos hoteles nipones. En fin, que da repelús pensar que en cualquier caso uno de esos habitáculos nos está esperando a todos. Salvo las honrosas excepciones de los incinerados, claro está. Que tardemos muchos años en alquilar uno de esos “apartamentitos”. Propicios días. Gilgamesh
Hoy día el tema de las mascotas está muy generalizado. Existen todo tipo de animales de compañía, desde perros y gatos, los más comunes, hasta boas, cocodrilos, hurones y toda clase de bichos, la mayoría no permitidos por la ley. Pero hubo una época en que eso no era así, no se podía tener los animales que uno quería, más que por prohibirlo la ley, era por falta de opciones o de dinero. Y como la imaginación siempre ha estado en el poder, al menos en lo que a la economía se refiere, se inventaron un tipo de mascotas que nada tenían que ver con las conocidas y que según la engañosa publicidad de la época (estamos hablando de las décadas de los setenta y los ochenta) eran algo novedoso y fantástico. Me estoy refiriendo a los Sea Monkeys, o más conocidos en España como Monos de Agua. ¿Quién no recuerda aquellos atrayentes a la par que engañosos anuncios de los monos de agua? En la publicidad, exclusiva de las revistas y cómics, insertados en módulos en blanco y negro, se veían una serie de personajillos humanoides flotando en una pecera o bien como los de la ilustración, reunidos en familia delante de un castillo. Para un crío, y especialmente con una imaginación y fantasías desbordantes o bien una curiosidad científica temprana, eso era la panacea. Poder criar seres humanoides en pecera, verlos crecer y alimentarlos y, además, poder disfrutar de sus cabriolas. ¿Se podía pedir mejor juguete?. La propaganda decía que aquellos seres crecían delante de tus ojos instantáneamente y que sólo había que añadir agua y nada más. Si realizabas el pedido, se te enviaba un set de huevos de los monos de mar, un elemento purificador del agua y alimento para esos bichos, junto con un manual de instrucciones para ayudarte a cuidar semejante maravilla científica. Recuerdo que, siendo pequeño, el padre de un amigo mío le trajo de regalo unos sobres de semejantes mascotas. Un buen día decidimos crearlos. Según las instrucciones que había en el set, antes de echar los huevos en el agua, ésta se debía preparar durante tres días con el purificador, para conseguir agua en condiciones óptimas para su desarrollo. Así que, puestos a la tarea, llenamos una jarra (no teníamos pecera a mano) le echamos el purificador y la cubrimos, esperando con ilusión que llegara el tercer día para poder echar los huevos. El tercer día llegó y yo me fui corriendo a casa de mi amigo a ver el fabuloso evento del nacimiento de los dichosos monos. Cual no sería nuestra decepción cuando al llegar, mi amigo me dijo que su madre, la cual no tenía ni idea de los experimentos de su hijo y sus amigos, había visto una jarra de agua sucia en la habitación y la había tirado. Todo nuestro gozo en un pozo. Que lástima, porque ya nunca más tuve opción de poder ver esos monitos saltarines. Pero ¿Qué son en realidad los Sea Monkeys? Se trata de un crustáceo denominado Artemia Salina. Este crustáceo vive en los mares continentales y fue descubierta en Lymington, Inglaterra, en 1775. Las huevas de estos animales pueden estar inactivas, metabolicamente hablando, durante largos periodos de tiempo en condiciones de estanqueidad total, esto es, sin agua ni oxigeno y a temperaturas cercanas a los cero grados. En estas condiciones pueden llegar a durar hasta diez años. En cuanto los huevos se sumergen en agua con las condiciones propicias, la eclosión puede llevarse a cabo rápidamente en ocho horas aproximadamente. Debido a sus propiedades nutritivas, estos se utilizan a menudo como alimento vivo en acuarios. En la década de los sesenta el científico americano Harold von Braunhut, inventó una variante de las Artemias Salinas. Esta nueva versión híbrida de la Artemia eran criadas en su laboratorio y fueron bautizadas con el nombre de Artemia Nyos (New York Ocean Science). Braunhut se percató de que aquellos bichitos podían llegar a ser una mascota divertida para los niños, llegando incluso a superar a las mascotas tradicionales. Buscó entonces la manera de desarrollar una fórmula para que la crianza de estos fuera más rápida y durasen más tiempo. En un principio las llamó Instant Life, pero posteriormente pasó a llamarse, Sea Monkeys. Así es como nacieron los Monos de Agua. Hoy día se pueden conseguir este tipo de mascotas por Internet en Amazon. Los Sea Monkeys estuvieron de moda en décadas pasada, en la actualidad este tipo de mascotas ha sido sustituido por otros animalitos parecidos, los Triops. La propaganda de Internet sobre estos seres, es que son remanentes de la erade los dinosaurios. Se trataría de monstruos acuáticos que nacerían en 24 horas y que harían la delicia de los niños. El sistema de los Triops es el mismo que el de los Sea Monkeys. Se hace el pedido y se envía un set con los huevos, comida y un purificador de agua. Los Triops son unos crustáceos braquiópodos que tienen una vida de escasa duración. Se los puede encontrar en charcas de casi todo el mundo. Su aspecto no ha evolucionado desde el Triásico, así que ni siquiera son coetáneos de los dinosaurios, sino de los arcosaurios. En España sólo se los puede encontrar en el Clot d'Espolla, en el Pla d’Estany, Catalunya. Ciertamente, este tipo de mascotas tiene un interés general por la biología, más que por las gracias que puedan hacer, principalmente los Triops, ya que no le veo que gracia pueda tener este animalito. Pero bien, como hay gusto para todo, pues nada que decir. Hemos visto las mascotas de antaño y las de hogaño, pero ¿Cómo serán las del futuro? Pues señores, las del futuro serán creadas genéticamente a gusto del consumidor y tendrán también forma humanoide. De hecho ya no son del futuro, ya existen y se llaman los Genpet. ¿Qué son los Genpets? La marca Genpet pertenece a una empresa genética llamada Bio-Génica, que es la que comercializa vivas estas mascotas. La empresa ha modificado genéticamente estos seres y los encierra en unos estuches donde son mantenidos vivos mediante un soporte vital hasta que el nuevo dueño las adquiere. Su forma parece un híbrido de humano y perro mezclados genéticamente. Los estuches se venden y vienen marcados con diferentes colores que caracterizan la personalidad de cada mascota. ¡Qué horror! Debe pensar alguien, pero tranquilícense, todo es un montaje. No existen tales mascotas, aunque en la página de su creador se haga creer que es así. Se trata de unas esculturas para llamar la atención sobre los abusos y el futuro de la biotecnología. Su autor es el artista y programador canadiense Adam Brandejs. Sí, ahora no es más que un trabajo de arte pero, particularmente, creo que de aquí a finales de siglo o ya a mediados del siglo que viene, las mascotas creadas biotecnológicamente serán una cosa real. No es Brandejs el primero en sugerir algo del estilo, recordemos la película de Arnold Schwarzenegger, El Sexto Día, en que al morir la mascota de alguien se le ofrece revivirlo clonado genéticamente. De todas formas creo que aunque sea así, se imponga el criterio y nunca se sustituya el cariño y la satisfacción que da tener una mascota natural como es un perro, un gato, un loro o un simple canario. Nostros estaremos satisfechos y ellos felices.