martes, 24 de marzo de 2009

Preguntas Existenciales



Hay días en que uno se levanta y con cierto nihilismo se pregunta el significado de las cosas. A veces si analizamos un poco nuestra conducta nos daremos cuenta de que muchas de nuestras acciones, que solemos hacer automáticamente, no tienen un sentido lógico. Otras veces vemos que nuestro comportamiento ante una situación, análogo en la mayoría, es llevado por un instinto sin causa lógica que lo induzca. O bien en ciertos momentos y en ciertas ocasiones actuamos de una manera, dijésemos, preestablecida.

Yo tengo muchos de esos días en que me pregunto por qué somos así. Y me paso buen rato barruntando y haciéndome preguntas como estas:

--Cuando solemos ir de excursión y subimos a una loma alta o a una colina de considerable altura, al llegar arriba del todo, la mayoría de la gente se pone los brazos en jarras y contemplando el paisaje suspira. ¿ Por qué nos ponemos los brazos en jarras? ¿Será posible que sin ponernos mandones no apreciemos el paisaje?

-- ¿Nunca les ha pasado que al entrar en el metro o en el tren, éste ya esta llegando a la parada y ese día, mala suerte, no tenemos tarjeta y hemos de sacar billete rápidamente de la máquina expendedora? Pues, ¿por qué entonces ese preciso día, cuando vamos a sacar el billete de la máquina, esta el torpe de turno que nunca ha visto una máquina de esas y no sabe por donde se ponen las monedas, por donde sale el billete y ni idea de cómo se pide éste? Y claro no hay otra máquina.

-- Hay mucha gente que suele hablar idiomas, o bien en España tanto vascos, gallegos, catalanes o valencianos, hablamos el español y la lengua de cada zona. Normalmente muchos nos solemos aprender un teléfono o bien el número de DNI de carrerilla en una de esas lenguas, entonces ¿ Por qué cuando nos preguntan ese mismo número en la otra lengua no sabemos darlo y tenemos que decirlo en la que nos lo hemos aprendido? ¿Será que la memoria sólo funciona para un idioma y no para otro?

-- Muchas veces nos ponemos a cantar, la mayoría de las ocasiones acostumbramos a saber la letra de la canción, pero a veces sólo la conocemos a medias, entonces ¿ Por qué cuando llegamos al estribillo que no nos sabemos la continuamos diciendo: na, na, na...? Así, claro que cualquiera puede ir a Eurovisión.

-- ¿Nunca les ha pasado que han perdido algo y han estado horas buscándolo e incluso días y después aparece en el sitio más visible, donde habíamos mirado mil y una veces antes sin que estuviera por allí, haciéndonos quedar como tontos? A menudo creo que existe algún duendecillo que le gusta sacar las rabias a la gente.

-- No es nada nuevo que “un tropezón cualquiera da en la vida”, entonces ¿Por qué cuando nos caemos por la calle lo primero que hacemos es mirar a todos lados a ver quien nos ha visto caer? Si todo el mundo puede dar el tropezón en cualquier momento, nosotros lo dimos ya... ¡No hay problema pues!

-- Me he fijado que, casi siempre, muchas personas, en los transportes públicos, cuando se levantan para apearse en su parada se giran a ver si se les ha caído algo o se dejan alguna cosa, pero ¿Por qué lo hacen cuando no tienen nada que se les pueda caer ni llevan a la vista nada que puedan perder? ¿Es una acción mecánica o es verdadera obsesión por perder algo?

-- Otra de estas casualidades siempre suele pasar en los transportes públicos, para funesta desgracia del que las sufre. Es aquella en que, yendo en el metro o el autobús, tenemos un día de aquellos en que estamos realmente agotados, acabamos de salir de trabajar y sólo necesitamos sentarnos para llegar pronto a casa. He aquí que el transporte va bastante lleno, pero tenemos suerte de que hemos pillado un asiento vacío y podemos sentarnos y descansar. ¿ Por qué entonces en la parada siguiente se sube el típico anciano con bastón y andar tambaleante y se dirige siempre hacia nosotros? ¿Será que no ha visto a nadie más?

-- ¿Cuántas veces no se nos ha acercado un extranjero a preguntarnos por una dirección, una calle o un museo? Si le podemos responder en inglés o en nuestra lengua no hay problema, le indicamos el dato y basta. Pero, ¡ay! Si el pobre es japonés, alemán o ruso y no habla casi nada nuestro idioma ¿Por qué le gritamos mientras le hablamos en español, para que nos entienda? El pobre es turista y extranjero, no sordoooo.

-- Obviamente es frecuente que el mando a distancia de nuestros aparatos electrónicos se quede sin pilas, eso lo sabemos todos, entonces ¿ Por qué cuando la batería está baja nos empeñamos en apretar más fuerte los botones a ver si así cambia? Si no hay energía por mucho que apretemos...

-- Es curioso que cuando nos coge un chaparrón imprevisto, a no ser que hallemos cobijo en un portal, nos mojaremos irremediablemente, entonces ¿Por qué acostumbramos a alzar los hombros? ¿Es que así pensamos que no nos mojaremos?

-- Es natural que a veces perdamos cosas sin darnos cuenta, y cuando descubrimos el extravío exclamemos ¡Se me ha perdido tal cosa!, entonces ¿Por qué siempre que alguien nos escucha no pregunta ¿Dónde? Si lo supiéramos...

-- Es algo que no me explico, pero hagan la prueba ¿ Por qué cuando miramos al techo o al cielo, siempre abrimos la boca? Algún hecho paranormal.

-- Cierto es que, hoy día, ya nada nos importa hablar por los móviles, y solemos hablar como si nada. Pero entonces ¿ Por qué cuando estamos de pie y nos llaman por el móvil, indefectiblemente empezamos a dar paseítos arriba y abajo? ¿Nos pone nerviosos que nos escuchen? Si es así, ¿Por qué gritamos cuando hablamos por el móvil?

-- Es corriente que cuando nos golpeamos fuertemente gritemos expresando nuestro dolor, entonces ¿Por qué siempre hay alguien que nos pregunta si nos hemos hecho daño? ¿Será que no se nota, o será que grito de puro placer?

Estas suelen ser el tipo de preguntas que me formulo a mi mismo en mis momentos nihilistas, pero hay muchas más que, obviamente, no cabrían aquí. Además, a fuer de ser sincero, diré que algunas de las expuestas aquí han sido recopiladas de Internet, pero que coinciden con el arquetipo de pregunta que me intriga. Quizá algún día encuentre la respuesta y mi nihilismo desaparezca. Por eso a veces me pregunto a mí mismo, si tengo esos momentos en que no creo en nada y que nada me importa, entonces, ¿ Por qué me hago preguntas?

Propicios Días.

Gilgamesh

2 comentarios:

Inma dijo...

¡cuanta razón tienes! Muchas de las cosas que dices me las he planteado en alguna que otra ocasión, pero nunca he obtenido respuesta, ¿será que no la tiene?. Aprovecho la ocasión para agradecerte tus visitas a mi blog y haberte añadido a mi lista de seguidores. Viendo que me ha gustado lo que he leido, visitaré tu blog con mas asiduidad.
Un saludo.
Inma

Fatima dijo...

Y....¿cómo es que si nada se pega al teflón, consiguen pegar el teflón a la sartén??? :)
Muy reflexivo tu post.. Me gustó mucho

Saludos