domingo, 15 de febrero de 2009

Violencia Machista

Ahora sólo me resta decir que, una vez más, la maldad humana se ha cebado sobre los inocentes. Ha aparecido la noticia de que el ex- novio de Marta del Castillo ha confesado que ha sido él junto con otro tipo el que mató y arrojó al río Guadalquivir a la joven. El novio tiene 20 años y hacía poco que se habían separado, creo que un año. Ahora el individuo está en los calabozos a la espera del juicio. En realidad hasta que no aparezca el cuerpo no se podrá formalizar el mismo. La Policía Nacional y la Guardia Civil, han aumentado el rastreo de la ribera del río hasta la población de Camas para encontrar el cuerpo de Marta. Según el ex novio, fue por esa zona donde tiraron el cadáver de la joven. Ahora ha pasado de ser un caso de desaparición, a ser uno más de la tan manida violencia machista. Que terrible final para una vida tan corta y llena de esperanzas.
Yo no acabo de entender ese orgullo herido que obliga a matar a las ex parejas. Me imagino que todo el mundo habrá tenido sus desengaños amorosos a lo largo de la vida. Pero afortunadamente la mayoría de la población tiene el sentido común al día y una sensata idea de lo que es ser pareja. Pero, a veces, hay una minoría que es muy dependiente de la persona amada, se vuelven posesivos y los celos se exacerban. Eso se convierte en un control para la compañera/o y lo que se consigue es el efecto contrario al que desean. Si se quería atar a la pareja al lado, con esas actuaciones desaforadas se les escapa. Porque actuando de este modo siempre se acaba ahogando la pareja, y lo que en un principio fue amor, se convirtió después en enfermiza obsesión. Así se suele sobre valorar a la persona amada y se acaba idealizándola. Por lo tanto, cuando llega el momento de la separación, el dolor es tan intenso que la mente se obnubila. ¿Cómo es posible que la persona a la que amo, me desprecie de este modo? Debe pensar el despechado. Entonces el amor obsesivo se torna en violencia contenid
a para más tarde convertirse en violencia desatada y furia asesina. No hay nada peor que un orgullo despechado y una obsesión pisoteada por un “desprecio”. Así que opino que, principalmente las mujeres, que son las primeras víctimas, cuando empiecen a intuir un cambio en la actitud de sus parejas, analicen bien esos cambios. Si se tiene la sospecha que los celos se están convirtiendo en una obsesión o que hay un mayor control por lo que se hace y cosas por el estilo, es mejor romper en ese momento la relación, ya que si se hace con posterioridad puede traer, en el peor de los casos, funestas consecuencias. Claro, que me imagino que también serán determinantes los factores culturales y emocionales. En realidad una persona con una buena educación, será más difícil que caiga en las redes de la obsesión por nadie. La capacidad de razonar le dará argumentos para salir airoso. Pero existe el factor emocional, y este ya es gallo de otro corral. Ahí si que nada vale la educación ni el raciocinio. Tenemos entonces una desestabilización psíquica que no se puede controlar y que el desengaño multiplica hasta índices peligrosos.

Evidentemente se dan casos de violencia machista en todos los estamentos sociales, pero también es cierto que las más afectadas suelen ser las capas sociales más desfavorecidas, donde los problemas económicos, y la desestructuración familiar han hecho más mella en el sentido del respeto de los derechos más nimios del ser humano. Por lo tanto es ahí donde la violencia machista puede tener su caldo de cultivo. El entorno es un determinante muy importante a la hora de buscar el origen de una obsesión. Un entorno carente de cariño y apoyo familiar siempre creará personas inseguras de sí mismas que buscarán después, en la adolescencia y la madurez, cubrir esas carencias con la pareja. Pero una pareja nunca puede sustituir el amor de una madre o de una familia mal avenida o tan sólo de una familia que no ha tenido el tiempo suficiente para dedicarle a sus hijos como es debido.

Pero la realidad, es que los asesinatos de genero siguen en auge, y cada vez son más los casos. Esperemos que algún día se halle una solución a este grave problema.

En fin, desde esta página me gustaría hacer un llamamiento a todas las mujeres. Que se pongan en guardia y vigilen bien las actitudes. Pero eso si, relajadamente, no se caiga tampoco en la obsesión y el remedio sea peor que la enfermedad. Lo mejor es disfrutar de la convivencia en pareja y a la que salte la alarma empezar a no perder el control.

Por todo ello quiero lanzar desde aquí un estentóreo: ¡Basta! No más Violencia Machista.

Por otra parte, si en realidad la ex pareja de Marta es culpable del asesinato de ésta, deseo que pague en la cárcel su crimen y que la conciencia no le dé paz jamás.

Propicios Días.

Gilgamesh

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