domingo, 26 de febrero de 2012

Los traumas vienen cuando uno menos lo espera


Siempre he sido de la opinión de que las cosas comprometidas hay que decirlas con mucho tacto y diplomacia, si no se pueden crear ciertos complejos o traumas de los que puede que nos tengamos que arrepentir el resto de nuestra vida. El otro día me hicieron llegar una foto en la que se ilustra perfectamente lo que quiero decir, ya que esta foto expresaba todo el sentimiento de alguien cuando descubre que toda su vida ha sido un mero engaño. Es un momento muy difícil, imagino, cuando a uno le informan de que no es un hijo natural ni biológico de sus padres, sino un huérfano adoptado en la más inocente infancia, infancia en la que no nos queda registrado ningún recuerdo. Si eso puede llegar a causar algún tipo de trauma del cual es difícil recuperarse, supongo que en ciertos casos severos con ayuda profesional, imagínense que se puede llegar a sentir cuando a uno le descubren su origen de la forma que al protagonista de la foto. Espero que a nadie le toque pasar por el mismo trance que a nuestro pobre amiguito.
Gilgamesh.


sábado, 4 de febrero de 2012

El Correcaminos, un ave real y corredora.


Seguramente pocos son los que no han pasado un agradable rato delante del televisor o en Internet viendo la cómica y entrañable serie de dibujos animados del famoso Correcaminos y el poco avisado y desafortunado coyote. Los dibujos, bastante repetitivos en su concepto, la verdad sea dicha, tenían su gracia y se hicieron famosos en su momento por las imaginativas tretas del tenaz coyote para cazar al esquivo correcaminos. La inteligencia del cánido era tal que le alcanzaba para hacerse—no sabemos cómo--- de peligrosos artilugios de la marca Acme para ser utilizados en esa sempiterna cacería. Cacería ésta siempre frustrada por la escasa habilidad y mala suerte del coyote a la hora de pergeñar las trampas y por el superior ingenio y velocidad de esa extraña ave, burlona y veloz corredora, que parecía un híbrido entre un pato y un avestruz y que era conocida como el Correcaminos.
Eso era en los dibujos, pero ¿Cuántos han visto a un correcaminos con sus propios ojos? En Europa es difícil, ya que ese tipo de ave tiene su hábitat entre México y Estados Unidos y su nombre científico es el de Geococcys Californianus. Esta ave de pequeño tamaño, en comparación con su homónimo de tinta y papel, es de costumbres terrestres y generalmente no vuela, ya que se desplaza con veloces carreras de hasta 30 kilómetros por hora. La alimentación del Geococcys Californianus está basada principalmente en animales y reptiles de pequeño tamaño, como las lagartijas. Lo único que el auténtico correcaminos tiene en común con el de los dibujos serían el penacho en la cabeza, que en el animal real es plegable, y la cola erguida. Por lo demás, el dibujo fue totalmente inventado, principalmente en el tamaño y los extraños colores. De todas formas, el correcaminos no deja de ser una animal curioso y poco conocido por nuestras latitudes y su partenaire de papel, creado en 1949 por Chuk Jones para los estudios de la Warner Bros, un personaje muy entrañable y que nos ha hecho y nos hace disfrutar de unos ratos estupendos y divertidos frente al televisor o el monitor de nuestro ordenador.
Les dejo una foto comparativa del correcaminos de carne, hueso y plumas junto a su homólogo de la serie. Por otro lado, hay también unos enlaces de vídeo donde aparece el correcaminos real con ocasión de verlo correr en el segundo de estos. Además, un par de enlaces de la serie de dibujos animados. Que lo disfruten.
Gilgamesh.

El Correcaminos y su homónimo en carne y hueso


La canción del correcaminos (en español)





VÍDEOS DEL CORRECAMINOS REAL (y corriendo) Y DE LA SERIE DE DIBUJOS